Sentirse integrado y armónico, aprendiendo a
desarrollar la expresión corporal y espiritual, es uno de los objetivos del
Purna Yoga, una síntesis de técnicas de tradiciones milenarias del yoga. “Te
conduce al autoconocimiento, a la conexión con tu ser, con el universo, con la
naturaleza y con los seres que te rodean”, revela Cesar Poblete, instructor de
purna yoga del centro Rukalihuen.
En cuanto a los beneficios a nivel físico,
emocional y mental, básicamente estimula la musculatura, la resistencia y la
flexibilidad, estimula el sistema nervioso, flexibiliza la columna vertebral,
rejuveneciendo así todo el organismo.
Ayuda a corregir posturas corporales y trabaja
la alineación corporal, mejora la concentración, disminuye el estrés y ansiedad,
mejora la calidad del sueño, reduce la pérdida de memoria y la falta de
oxigenación sanguínea. Entre otros múltiples efectos saludables.
Agrega que el origen del purna yoga proviene de distintos maestros, entre
ellos Sri. Aurobindo Ghose (India 1872-1950), Swami Sivananda (India 1887-1963)
y Guru Chandra Bala (Dr. Serge Raynaud de La Ferriere) (Francia 1916-1962),
quienes fueron precursores de este método, convergiendo todos en un mismo camino
de vida.
La dinámica de las clases incluye la práctica
periódica y constante de asanas o posturas estáticas, pranayamas o ejercicios
de respiración y concentración; y mudras, (gestos o actitudes del cuerpo).
El inicio de la clase consta de un
calentamiento para estirar la musculatura, armonizar el cuerpo y prepararlo
para el trabajo posterior con las asanas. Luego vienen las secuencias de
posturas con un ritmo respiratorio determinado.
Finalmente vienen los ejercicios respiratorios,
de concentración y meditación propicios para armonizar las emociones, disminuir
el cansancio y serenar la mente.
Es recomendado para toda persona, salvo aquellos
que tengan operaciones recientes, y en casos de lesiones óseas, musculares,
articulares crónicas. Lo ideal es consultar con el médico tratante, especifica
Cesar, quien llegó a conocer el yoga por curiosidad y con la finalidad de sanar
un lumbago. “Con tan buenos resultados que a la semana de práctica las
molestias del lumbago habían disminuido notoriamente y con el tiempo dejé de
tener insomnio, y en cuanto a mi alimentación, comencé a transitar de modo
gradual a una dieta ovo lacto vegetariana porque sentía que era lo que mi
cuerpo necesitaba.
“Seguí
en este camino, hasta que el año 2013 me forme en Rukalihuen como instructor de
purna yoga, con la Escuela Yoga Sakhyam, y al año siguiente dejé mi trabajo
como ingeniero para dedicarme completamente a hacer clases de yoga”, confiesa.
Para quienes desean hacer un cambio en sus
vidas, el yoga es una alternativa válida de autoconocimiento y sanación. Vale
la pena, es un camino en el que uno va avanzando gradualmente, experimentando
cambios sutiles, tanto en los niveles de conciencia como en el desarrollo del
cuerpo. Y con esto último no sólo me refiero a flexibilidad, hablo de
conciencia corporal, de resistencia, de capacidad respiratoria, todo lo cual se
traduce en un mejor estado físico y en una mejor calidad de vida.