lunes, 17 de febrero de 2014

“Antes que naciera, mis padres ya practicaban Yoga”, revela la instructora de Hatha Yoga de Rukalihuen, Cristina Morales.




















Si bien Cristina recibió influencia del yoga estando en el vientre materno, no fue hasta alrededor de los 17 años cuando comenzó a practicarlo en forma regular. “Ha sido una gran herramienta para desarrollar la consciencia y la presencia en las actividades de la vida diaria, y así mantener mi cuerpo y mente estable ante las crisis y fluctuaciones del entorno”. 
Este último año he incorporado el yoga en mis actividades laborales con buenos resultados como complemento la terapia de mis pacientes y como una innovación en el aprendizaje de estudiantes de kinesiología  devela la instructora de Hatha Yoga y kinesióloga, Cristina Morales, quien imparte esta disciplina en Rukalihuen.

La profesional nos explica que la palabra yoga deriva de la palabra sanscrita ”yuj” que literalmente significa “juntar” o “unir”, así el fin último del yoga es unir el alma individual con el alma universal. De este modo el Hatha yoga tiene la finalidad de purificar la mente y el cuerpo.

La sílaba “Ha” significa “sol” o la energía pránica o vital  que gobierna el cuerpo físico, mientras que “tha” denota la luna o la energía mental (chitta).
Por conclusión el Hatha yoga une y equilibra el cuerpo y la mente mediante asanas (posturas y movimientos físicos), Prāāyāma (ejercicios de respiración), Śa karmas (técnicas de limpieza), Mudrā-s (gestos o actitudes mentales),nāda (sonido) y Bandha-s (cerraduras de energía).

El yoga es uno de los 6 sistemas ortodoxos de la filosofía india. En la filosofía Védica y en los Tantras en tanto, se dice que tiene sus raíces alrededor de 5000 A.C, sin embargo no existió un texto sistemático de guía para el aspirante si no hasta 400 A.C cuando la práctica y el conocimiento del yoga fueron recopilados, coordinados y sistematizados por Maharishi Patanjali en su clásico trabajo los Yoga Sutras.

Entre los beneficios de practicar Hatha Yoga, destacan su influencia positiva en la salud y en todos los órganos y sistemas, especialmente en el sistema nervioso y endocrino. Asimismo ayuda a desarrollar la consciencia corporal y el alineamiento postural, la flexibilidad, fuerza y coordinación neuromotora. Mejora el sistema respiratorio, la circulación cerebral y el sistema inmune.

Cristina especifica que en sus clases se realizan yoga asanas o posturas dentro de variadas secuencias de sincronización de la respiración y el movimiento. Para movilizar la energía vital se trabaja con bandha-s (cerraduras internas), mudrā-s (gestos) y kumbhaka-s (retenciones y suspensiones de la respiración), el uso de mantras (sonidos) y prāāyāma (ejercicios de respiración).

No existen contraindicaciones para practicarlo, cualquier persona interesada puede hacerlo y beneficiarse con esta milenaria disciplina mediante la guía de un instructor calificado, aclara la joven, quien cuenta que el yoga siempre le fue natural pues sus padres lo practicaban junto con la meditación trascendental antes de que ella naciera. “De hecho mi madre viajó a la India a aprender ayurveda cuando estaba embarazada de mi”.








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